Miércoles 17 de febrero de 2021
La posibilidad de que la política económica de EEUU cambie respecto del resto del mundo es por lo menos dificultosa, en función de que los determinantes de la misma son absoluta y completamente conservadores. Joe Biden recibió U$S 230 M para su campaña presidencial, lo que implica que el establishment más conservador, léase el sector de servicios y el financiero, pagaron para garantizarse la política económica que ellos creen deberá llevarse a cabo. Es más, hay algunos señores encubiertos en las segundas líneas que responden a Larry Fink, jefe máximo de Black Rock. Estas personas suponen sus mandantes garantizarán la política económica que hará crecer a EEUU luego de la pandemia.
Lo que anteriormente hemos descripto no es nada más que una apreciación respecto de la política económica por venir en los EEUU, tanto la política monetaria y fiscal como la estructuración del comercio exterior. De acuerdo a lo antes mencionado tenemos que hacer una importante observación, que es la siguiente: primero, la devaluación del dólar respecto de las otras monedas principales (yen, yuan, euro, etc.) en el 2020 ha sido del 14% aproximadamente; en segundo lugar, la caída de la demanda al interior de la economía norteamericana ha sido del orden del 18%.
Las dos características antes mencionadas implican que no se va a poder resolver el problema de la demanda sin un proceso inflacionario de por lo menos dos dígitos en función de incrementar el proceso industrial que está decayendo en la actualidad y el sector de servicios que está en estancamiento.
La alternativa antes mencionada hace que en función de la política de ajuste que la reserva federal llevará adelante, dada las características de los personajes que estarán a cargo hará que se controle el déficit fiscal lo que generará una recesión y una crisis de demanda pocas veces vista. Todo esto será un proceso de la post pandemia.
A nivel del comercio internacional la salida de las inversiones en servicios y valores financieros se producirá a partir de la segunda mitad de 2021, lo que generará un exceso de liquidez que no será redistribuido con créditos livianos para incrementar la demanda agregada que condenará a un proceso de destrucción económica tratando de salvar la rentabilidad del sistema financiero.
La búsqueda de actores como Warren Buffett y sus opiniones hace que el sistema financiero sea tan lábil a las corridas que como en el 29 se producirán inexorablemente, de manera que, tengamos una crisis que reordenará el sistema capitalista tal cual lo conocemos.
La situación presente no es adjudicable solamente a la pandemia, sino al hecho de que los sectores industriales después del 2009, y un poco antes también, se deslocalizaron y transformaron a la economía norteamericana en un país cuya industria hoy representa el 15% del producto bruto. Los CEOS de las compañías solo saben ahorrar costos y sobre todo y casi únicamente costos de mano de obra, por lo tanto, se fueron a otros países en un proceso de deslocalización industrial de los últimos cuarenta años que implicó desempleo formal y bien remunerado que fue completado por empleo precario en el sector de servicios. Esta desindustrialización significa que si se modifica la demanda van a tener que completarla con importaciones con un fenomenal deterioro del tipo de cambio.
C.A.F.