Lunes 26 de agosto de 2019
Las actuales disponibilidades de dólares desde el punto de vista de las reservas son del orden de U$S 13 mil M, en función de considerar una serie de características que tienen la actúa cantidad de reservas no disponibles libremente que implica un total de U$S 58 mil M a los que hay que deducirles depósitos obligatorios en distintas instituciones de nivel internacional. Por eso quedan solamente U$S 13 mil M disponibles.
Desde el punto de vista de las posibilidades de obtener liquidaciones de exportaciones anticipadas, esto es posible si se modifican los plazos otorgados en 2016. En estas líneas, hemos dicho que para dar un ejemplo histórico, en la época de Martínez de Hoz como ministro la liquidación de las exportaciones se realizaba a treinta días de despachada la carga.
Si las exportaciones pendientes de liquidación se las administrara desde el Estado Nacional, anticipando su liquidación y definiendo que la misma fuera a 60 días, el volumen de las mismas ascendería a U$S 22500 M.
Hay un trabajo realizado sobre el tema antes mencionado que estima que de acuerdo a las series de las exportaciones y su cuantificación en dólares estas ascenderían a U$S 20 mil M, pero la cuenta debe realizarse a partir de los balances de las compañías exportadoras, por lo tanto hemos rectificado la suma.
El suap con China es del orden de U$S 20 mil M, esto quiere decir, que disponemos de yuanes que al tipo de cambio del viernes pasado representaban la cifra antes mencionada, estos fondos se pueden usar si a junio del presente año hemos cumplido con los acuerdos con el FMI. Cosa que sí se ha hecho, deberíamos para ser mas precisos deducir U$S 2000 M por la diferencia que se va a producir entre el tipo de cambio expresado entre los dólares y los yuanes, en función de la devaluación que propicia China.
El FMI nos debe enviar de acuerdo al acuerdo U$S 5400 M en las próximas dos semanas y antes de fin de año U$S 1200 M.
Desde el punto de vista del presente artículo, no vamos a considerar como disponibles las reservas que se liquiden hacia fin de año del año 2019 y principios del 2020, suponemos que si se ajusta el tipo de cambio el saldo comercial será positivo.
Siempre hemos sostenido en nuestras líneas que debíamos tener un tipo de cambio que se ajustara por lo menos con el índice de precios al consumidor de sesenta días anteriores al ajuste.
Si se cumplieran nuestros pronósticos desde el punto de vista de la gestión de la política monetaria y fiscal tanto en las exportaciones tradicionales (agropecuarias) y las no tradicionales, primarias e industriales se podría estructurar un esquema de repago de la deuda pública en moneda extranjera.
La redefinición de los plazos de vencimiento del endeudamiento que la Argentina ha adquirido con el FMI resulta a partir de 2020 imprescindible para no soportar vaivenes en el tipo de cambio.
La idea de exponer todas estas cifras que ascienden aproximadamente a U$S 50 mil M implica tomar decisiones que modificarán decisiones tomadas en 2016, como por ejemplo, la restricción de los plazos de liquidación de las exportaciones y la utilización del fondo en yuanes.
Tenemos que considerar que la recesión generada por la política monetaria y fiscal, un ámbito que para el análisis debemos considerar como dado, implica que tendremos un 4,2% de incremento del IPC en agosto y un 3,5% de incremento del IPC en septiembre, en el futuro la recesión hará retroceder estos indicadores.
Estas dos variables como ya hemos dicho le permitirán al gobierno mejorar su imagen con el sector externo y con el sector industrial concentrado como también con algunas evaluaciones bastante poco profesionales que realizan los fondos de inversión y algunos medios de comunicación internacionales. Estas evaluaciones poco profesionales, fuera de juzgarlas, debemos tener en cuenta que producen sus efectos. En función de lo que acabamos de analizar el stock de divisas permitirá controlar el tipo de cambio y la recesión impulsará los precios a la baja, recuperar la economía es materia de otro análisis y resulta a esta altura una posibilidad bastante comprometida aun cuando no imposible. No será imposible si se modifica sustantivamente la política económica al interior de nuestra economía, pero deberemos controlar el permanente ajuste a precios que realizan los oferentes de bienes y servicios que resultan demasiado oligopolizados en la actualidad.
Un economista clásico dijo alguna vez que cuando no se producían y transaban bienes en un sistema de competencia perfecta el Estado debía intervenir porque se había construido un esquema monopólico que termina siendo cortoplacista y nos lleva a una crisis, las iniciales del economista eran A.S.
César A. Fernandez