Expectativas sobre el crecimiento de la industria
Lunes 24 de Agosto de 2020
A veces en estas líneas hacemos determinadas menciones a la estructura de la economía norteamericana porque se comporta con cierta semejanza a la Argentina. Por ejemplo, EEUU en un proceso de intento de sustitución de importaciones en determinados productos, aun cuando durante los últimos 25 años antes de la llegada de Trump, lo que ha hecho deslocalizar la industria manufacturera, aun así, en el momento en que se le da alternativas de crecimiento a la industria esta crece en el 2019 por ejemplo por arriba del resto de la economía. La economía crece porque crece el sector industrial, no siempre el de servicios.
Los servicios hasta 2019 crecieron menos que la industria, también los salarios de la industria crecieron 3% por arriba del crecimiento de la economía, y todo esto se dio porque en los últimos diez años la inversión en el área de energía fue del orden de los U$S 300.000 M. Esto permitió incrementar el abastecimiento de petróleo y gas a partir de la producción no convencional bajando los niveles de dependencia.
Estos eventos no son casuales, al mejorar la distribución del ingreso crecieron los salarios reales de la industria, los servicios no perdieron competitividad y se demostró que la deslocalización producida en los 90 y el primer decenio de los 2000 significó poner en riesgo la economía norteamericana contribuyendo a la crisis de 2009.
Teniendo en cuenta estas consideraciones desde el punto de vista de la salida de la economía argentina, a través del crecimiento económico, la reactivación industrial deberá resolver el problema de la oferta de bienes al interior de la economía y aprovechar las ventajas competitivas y técnicas de las exportaciones no tradicionales que nuestro país de hecho va a incrementar como la bioindustria y el incremento de valor de la producción industrial pesada (cierta maquinaria industrial y agrícola). Los productos industriales sustituirán importaciones y permitirán mejorar la balanza comercial.
Es imprescindible que en el corto plazo la industria no solo se reactive sino obtenga créditos blandos del sector financiero, para lo cual se deberá decidir una política monetaria que haga lucrativas dichas operaciones. No debemos olvidar que los plazos fijos de personas humanas en los últimos meses han aumentado 37%, esto produce una oferta monetaria que deberá garantizar el financiamiento del capital de trabajo de la industria y los servicios que con su crecimiento deprimirán la cuenta de importaciones de la Argentina.
En la Argentina siempre, desde 1975 sobre todo, la búsqueda de una reserva de valor ha estado destinada a la compra de dólares billete. Se está observando que las reservas han decaído en función de los 200 dólares autorizados por mes a cada persona física. El Central va a tener que realizar los controles necesarios para que dichas compras sean realizadas de modo correcto y sean lícitas en función de establecer una demanda específica.
La información existente nos permite decir que el Banco Central definirá los controles requeridos y deberá también instrumentar la norma que permita definir un plazo de no menos de 30 días para liquidar las exportaciones.
Una alternativa adicional es el desarrollo de la industrialización del petróleo y el gas que van a permitir un incremento de las exportaciones a países limítrofes.
Sobre lo antes mencionado vamos a hacer más específicas nuestras afirmaciones en artículos futuros, como así también vamos a demostrar la capacidad de la industria farmacéutica de generar saldos exportables a Latinoamérica, sobre todo porque esta está controlada por un organismo de control que en los países latinoamericanos está perfectamente aceptada.
Como dijimos en otros artículos, la obsesión del presente gobierno deberá estar estructurada y dirigida para cuidar y generar la potencialidad de los saldos exportables que la Argentina puede tener.
C.A.F.