Santos venció a Boca por 3 a 0 y se metió en la final de la Copa Libertadores donde enfrentará a Palmeiras en el Maracaná.
El próximo 30 de enero se jugará el encuentro que definirá al gran campeón de una edición atípica debido a la pandemia.
En un calendario ajustado, ni River ni Boca pudieron acceder al último partido de la competencia y cayeron frente a los brasileros.
Ya estaba rondando la idea de una nueva posible final de Libertadores entre River y Boca como en el 2018 pero quedó en tan solo una ilusión.
Los conjuntos argentinos no lograron doblegar a sus rivales y se quedaron en las puertas de una nueva conquista continental.
El pasado martes River venció a Palmeiras por 2 a 0 pero no llegó a lograr lo que hubiese sido un resultado épico.
El 3 a 0 que recibió en cancha de Independiente fue determinante para la definición de la serie.
El VAR, otra vez…
El VAR jugó un rol fundamental en el desarrollo del encuentro y deja, una vez mas, la sensación de que no es aplicado con la misma vara.
En el caso de River fue un equipo que en diversas ocasiones se ha visto tanto beneficiado como perjudicado por la tecnología.
Puntualmente el VAR no es el culpable de lo dudoso que se pueda tornar el curso del juego, sino los seres humanos que lo manejan.
Se demora mucho tiempo en determinar la resolución de una jugada y eso corta el ritmo de partido.
El factor anímico en un encuentro como lo es una semifinal de Libertadores juega un rol fundamental y la duda arbitral dificulta el transcurso.
En el River – Palmeiras, se anuló correctamente un gol y un penal en favor de los de Gallardo, pero no se revisó un golpe de puños por parte del arquero brasilero a Paulo Díaz.
El Millonario superó ampliamente a Palmeiras en su tierra y dejó una sensación de que se luchó hasta la última jugada.
Sensación que no dejó Boca en lo que fue su dura caída frente a Santos por 3 a 0, también en Brasil.
El Xeneize tenía el panorama más claro respecto a River, con ganar o empatar con goles se metía en la final de la Libertadores.
Fue superado durante los 90 minutos por el Peixe y en ningún tramo del partido mostró un gesto de rebeldía, a excepción de jugadas esporádicas.
Andrada, el arquero de Boca, fue un factor fundamental para que la goleada no sea aún mayor y acabara todo en un papelón futbolístico.
La expulsión de Frank Fabra también generó malestar en el hincha Xeneize debido a que el partido estaba 3-0 y restaban 35 minutos.
¿Qué se viene para ambos?
Ahora le queda una esperanza, el próximo sábado estará jugando la final de la Copa Diego Armando Maradona frente a Banfield en San Juan.
Por el lado de los de Gallardo, deberán pensar en lo que viene y comenzar con nuevos desafíos.
Una nueva Copa Libertadores llega a su fin, en este caso una particular debido a que estuvo atravesada por el Covid-19.
Final brasilera, como desde 2006 no sucedía, la que se estará viviendo en el Maracaná. En aquella oportunidad Inter se consagró ante San Pablo. Ahora será el turno de Santos o Palmeiras.
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