Miércoles 11 de septiembre de 2019
En estas líneas hemos pronosticado que el tipo de cambio se puede mantener en un orden competitivo para las exportaciones industriales siempre y cuando el BCRA no intente manipularlo a la baja produciéndose los altos en la cotización que se produjeran en el 2018 y 2019. Es ilegal manipular desde el aparato del Estado a partir de la utilización de las reservas el valor del tipo de cambio a los efectos de aumentar el rendimiento del carry trade para beneficiar a los fondos de inversión. Esto se hizo en el 2017 y en el 2018, lo que implicó una fuga de divisas en el momento en que el tipo de cambio se modificaba a la alza.
En la actualidad, el Banco Central está pagando un 86% de interés anual, con capitalización semanal, a los bancos que tienen aproximadamente el 80% de sus depósitos a plazo fijo en pesos a los que pagan un 60% anual con capitalización mensual.
En los momentos de convulsión por indefiniciones políticas y públicas y por “falta de confianza de los inversores”, vemos que la política del BCRA sigue siendo premiar al sistema financiero con un spred (diferencia entre tasa activa y tasa pasiva) para que los bancos tengan oportunidad de que los particulares no deriven sus depósitos a plazo fijo a dólares en los montos que permite el actual sistema de control de cambios.
Esta política deberá resumirse en una salida de lo que hoy se llama la bomba de las leliqs, que fueron sustituto de la bomba de las lebacs en 2018.
La política monetaria actual implica un costo diario del orden de los $4000 M en concepto de intereses lo que implica un endeudamiento cuasi fiscal creciente como no se ha tenido en la historia económica de la República Argentina.
En cuanto a las modalidades actuales que generan la normativa difusa del sistema de control de cambios implementado implica que a partir del contrato con liquidez que se ha formulado para fugar divisas el dólar en este caso se cotiza a $64, el dólar Bolsa (o MEP) culminó ayer a $62,5. No se puede pensar que este tipo de manipulaciones no va a ser llevada a cabo por los inversores especulativos, lo que implica que o en los que dirigen la política económica hay una intencionalidad manifiesta de favorecer con tasas de rentabilidad exorbitantes, en el medio de una crisis; o peor aún, nos encontramos frente a inoperantes definiendo la política económica.
La inflación después de septiembre seguirá declinando como hemos pronosticado, el salto habido en agosto y en septiembre tiene que ver con el incremento del tipo de cambio, definido por razones políticas, que implicará una degradación del mismo a partir de octubre. Esta situación no surge porque hay una particular modificación en la política de precios básicos, sino simplemente por el deterioro de las variables económicas: caída del salario real del 23% a fin de 2019, caída del producto bruto respecto de 2015 en el orden del 8% a fin de 2019, y efecto del incremento de tarifas e impuestos a los consumidores que serán desplazadas a 2020.
La participación del BCRA subastando diariamente dólares de las reservas se limitará en función de los efectos que tendrá la liquidación anticipada de exportaciones, que como ya hemos anticipado ascenderá en los próximos noventa días a U$S 22500 M.
Habida cuenta de todas nuestras afirmaciones podemos concluir que las necesidades de dólares de la Argentina se habrán corrido al mes de marzo del año que viene. El más grave de todos los problemas que tiene la Argentina en el cortísimo plazo será entonces la desactivación de las leliqs, como así también mantener un tipo de cambio competitivo que no desequilibre la balanza comercial y de pagos. La recesión producida por la política monetaria hará que el déficit fiscal por caída de los ingresos sea inevitable.
Para terminar, es absolutamente sintomático que la triste ideología neoliberal funciona en todas partes del mundo produciendo las mismas crisis y procesos inflacionarios por sectores o en la economía en general, como en la Argentina, degradando los sistemas de control para apropiarse de la renta de un sector a otro de la economía de modo horizontal.
La descripción antes mencionada nos servirá para demostrar las analogías existentes entre las crisis de los países del sistema capitalista que surgieron y se van a mostrar groseramente en el presente siglo en países como Estados Unidos, Inglaterra, México, Brasil, Argentina, etc. Para comprender este proceso nos remitiremos en el próximo artículo a pensadores como Daniel Heymann, Joseph Stiglitz, Paul Krugman, Stephen Hawking, etc. Estos teóricos nos ayudarán a pensar cómo funciona el sistema para darnos cuenta y anticipar en la estructuración de las políticas económicas. Para darles un anticipo, en “LA VIDA DESPUES DE LA DEUDA”, el doctor Heymann nos dice “aun si un país no mostrara grandes problemas de deuda antes de la recesión, eventualmente los generará si la caída de la actividad es profunda y prolongada”. ¿A qué país les hace acordar esta afirmación?
C.A.F.