… a Hilda
Guillermo Bekes, artista argentino que reside en Madrid, vuelve luego de 5 años de su última
muestra en Buenos Aires a presentar “Encuentro a Hilda”. La exhibición se puede visitar desde el
martes 22 de agosto hasta el 4 de septiembre de 11:30 hs a 21 hs, en Galería El Socorro,
Suipacha 1333.
Bekes nos tiene acostumbrados a lo largo de estos más de 30 años, a un virtuosismo único que
nos lleva desde sus primeros paisajes de campo, desnudos y su última gran apuesta; el
hiperrealismo mágico de ver plasmados los mejores paisajes de Europa (su última muestra en
Argentina).
En esta exposición resignifica los paisajes litoraleños, las suaves colinas, los ríos y arroyos, sus
praderas y arboledas, los caminos rurales, los puestos de campos solidarios y sencillos y su
evolución sobre la luz que caracteriza su obra que imprime a los colores de la naturaleza unas
cualidades extraordinarias.
“Mi intención fue siempre dibujar y pintar aquellas imágenes que se me aparecen en forma de
cuadros, conectadas a mis emociones más profundas y vitales. Confío en que sea éste un camino
genuino, que me lleve a buenos puertos y en el que pueda dejar mi huella única y personal”,
afirma Guillermo Bekes. www.bekes.es
Texto curatorial: Alejandro Bekes
Después de mucho, después de vagas leguas…
PABLO NERUDA
“Confuso de dominios, incierto de territorios…” –continúa el poema. Confuso e incierto, como
vive el habitante de este siglo, sin embargo, en el espacio indestructible del arte, después de
mucho, sucede el encuentro. Es también un reencuentro. Vuelven los árboles a sonar en la mano
del aire, vuelve a trinar la calandria en el poste, vuelven los horneros a recoger el barro para sus
nidos, vuelve el sol poderoso tras la lluvia. Vuelve lo que nunca pasa, lo eterno. El campo es el
lugar originario y allí el pincel se demora con gratitud, con asentimiento, con el sosiego
incomparable de haber vuelto al hogar; de haber recobrado la casa. El arte, hijo de la memoria,
puede traer a la vida lo que fue; rehacer el destino. De paso vamos por la vida, pero la vida aquí
estará siempre: en el momento fugitivo, yéndose a medida que llega; en el sabor del primer mate,
que un rato después se abandona; en el beso al recién llegado, que después será el beso de la
despedida; pero también en el presente siempre vivo del arte, donde el instante huidizo perdura,
mágicamente arrebatado al tiempo. De todos los consuelos imaginados por el hombre, éste es
quizá el más modesto y el mejor.
En sus últimos días, Hilda revivió a media voz la tierra lejana que la vio nacer, la llanura
santafesina, las mañanas saturadas del olor a pasto entre el rocío, el balido lejano de las vacas,
el resoplar del caballo, la voz de su padre animando el trote vivo, el ruido amable de las ruedas
del sulky que la llevaba a la casa de unas primas… Apenas a unas leguas. Vagas leguas de
incierto territorio. A pasar allí uno o dos días con ellas, a contarse historias, a imaginar, quién
sabe, el nebuloso futuro. La madre es la tierra y la tierra es la madre. En el final estaba su
principio.
También el encuentro anuncia un mañana: el vigor dormido despertará, terminará por fin el
letargo, se animarán las voces que callaban. No se perderá el legado de los mayores. Volverá a
florecer la patria. Así lo anuncia también el poema elegíaco de Pablo Neruda, cuando en el mismo
centro de su duelo incansable, en un altar confuso entre ciencias de llanto, suena lo que presagia
el renacer:
“Oigo en mi corazón mis pasos de jinete”.
Guillermo Bekes:
Nació en Santa Fe, Argentina, en 1962. Su relación con el arte comenzó en la infancia, como un
juego que pronto se transformó en una pasión, luego en vocación y posteriormente en su trabajo.
Desde 1982 participa en diversas exposiciones colectivas y premios provinciales y nacionales. A
partir de 1986 realiza periódicamente exposiciones individuales. De 1993 a 2003 reside y pinta en
una quinta en Entre Ríos, Argentina, dedicándose particularmente al género del paisaje y a la
temática del litoral argentino. Para una exposición realizada en 2006 en Madrid, recorre y pinta
distintas regiones de España, incorporando a su pintura, nuevas imágenes y elementos
temáticos. En 2005 comienza una serie de estudios sobre el género de la figura humana y el
desnudo, en su atelier de Buenos Aires, en la Sociedad Estímulo de Bellas Artes de Buenos
Aires, en el Círculo de Bellas Artes de Madrid y de las obras maestras de los clásicos del Museo
del Prado, especialmente Velázquez. La presente exposición es parte de la obra producida en el
transcurso de estas investigaciones y estudios. Su obra integra colecciones públicas y privadas
de Argentina, Uruguay, Brasil, Chile, Estados Unidos, España, Francia, Reino Unido, Mónaco,
Israel, Rumania y Países Bajos.