Guía práctica para disfrutar un buen vino es más que un instructivo, por Max Ortiz, sommelier y responsable de marketing de Bodegas Vicentín Sottano, te hará conectar con los sentidos y despertar el placer.
Hoy, en más de un sentido, el vino es producto de su entorno; es dinámico, flexible, multifacético; y cambia su realidad a medida que cambian aquellos. Por caso, no hace mucho tiempo el borgoña argentino era el tinto preferido de la mesa de unos cuantos, o el chablis era el blanco preferido de muchas damas de alta sociedad. Y mientras en la actualidad el malbec se sigue posicionando como la uva más representativa de la república del fútbol, quizás casi como una novedad que ya deja de serlo, el cabernet franc se resignifica en las góndolas de más de varias vinotecas, como así como el bonarda y los rosados de turno.
En el siglo pasado –no se asusten, hablamos de menos de veinte años atrás– muy pocos sabían lo que tenían que leer cuando hojeaban una carta de vinos; y aún menos tenían noción de cuál era la función de un sommelier –bueno, todavía no está muy clara, pero vamos por buen camino– o por qué muchos famosos invertían en comprar viñedos. Hoy las cosas han cambiado y la gente está más informada, y tenemos desde vinos con los nombres de series de televisión hasta figuras mediáticas apadrinando el nombre de la etiqueta.
Las costumbres permanecen, aunque mutan, dejando remanentes aquí y allá que se proyectan en las personas que se niegan al cambio, ya sea por temor, ya sea por una comodidad íntima. Por eso, entiendo que es importante acompañar al que se anima a probar algo nuevo desde la pedagogía del argentino promedio, que le nace cuidar al que está llegando, ya sea por herencia o por voluntad propia; convidarlo de buenos momentos.
Por eso, bienvenidos sean tanto los audaces como los conservadores al disfrute y la reflexión de encarar una degustación distinta. Por ejemplo, en el mercado local cada vez vemos más opciones para beber vino, y Vicentin Family Wines lo sabe, y desde ese conocimiento acompaña a los que se arriesgan con cosas distintas, como por ejemplo una sangría de vino tirado con frutas frescas en un restaurante en Caballito, canillas de draft wine con diferentes opciones en Palermo, o puntos de recarga en Devoto y Recoleta.
Porque no hay verdades absolutas cuando se practica el arte de probar lo que a uno le gusta, ni conceptos herméticos cuando sólo se trata de compartir lo que uno opina, porque, como diría un grande: “El mejor vino es el que le gusta a uno”.
Vinos, Dónde animarse a probarlos:
- Restaurante Paladares Vagabundos – Sangría de vino tirado – Mendez de Andes 1002, Caballito.
- Amores Tintos – tres opciones de vino tirado – Gorriti 4202, Palermo.
- Abraham Wine & Beer – dispensar de vinos, vino tirado – Gorriti 3824, Palermo.
- La Cava de Vittorio Wine House – cata de vinos tirados – Arenales 964, Recoleta.
- Vorrei Restaurante & Cantina – vino tirado por copa & recarga – Jose Leon Cabezon 3401, Villa Devoto.
Para más información visitá www.vicentinfw.com.ar