AVANCE AL PASADO
La epidemia que asola al mundo y particularmente a paises con frágiles equilibrios económicos como Argentina, esta dando lugar a mezclar, casi subrepticiamente, algunas intenciones que nada tienen que ver con la misma. Pero si están estrechamente vinculados con una avanzada manifiesta de volver a destruir la actividad empresaria privada.
Declaraciones, proyectos de ley que se propalan por los medios a titulo de globos de ensayo ante la opinión publica, ideologías que vuelven a desnudar su verdadera intencionalidad de virar el rumbo de una sociedad capitalista a una estatista, etc. son moneda corriente en las ultimas semanas. Y lo grave es que se van propalando por algunos cuadros políticos, de segundo o tercer nivel que afloran después de un premeditado letargo, y con un énfasis tan pronunciado como la escasez intelectual de sus contenidos y argumentos.
Proyectos como los de establecer un aporte llamado solidario por la pandemia, que afectarían a unas quince mil personas, mas que un recurso económico valido son un golpe de efecto de ideologías que no se condicen con los principios básicos de la Constitucion Nacional. Según muchos expertos constitucionalistas y analistas jurídicos y economistas reconocidos, se estaría eventualmente en presencia de verdaderas confiscaciones. Otra medida de intromisión, que se había dejado de lado por casi improcedente, era la de ocupar lugares en los Directorios de empresas invocando que en su momento, con la transformación del sistema jubilatorio eliminando las AFJP, el Estado se había hecho dueño de las acciones del ANSES que conformaban parte de los activos financieros de las mismas.
Es muy lamentable que una persona, por el solo hecho de tener un titulo universitario de cualquier disciplina, al dia siguiente de tenerlo invoque el mismo como garantía de conocimiento. Este se adquiere, entre otras cosas, por capacidad y experiencia.
El caso de los “economistas” no escapa a esta formula. Vemos a diario o leemos que jóvenes que recién tienen su titulo, objetan a economistas avezados, con larga experiencia, y se animan sin prurito alguno a discutir con estos de igual a igual y hasta con altanería y cierta soberbia.
No es costumbre de esta columna personalizar, pero esta vez se hace necesario mencionar a la diputada Fernanda Vallejos, intentando poner en discusión un tema de alto contenido político: su proyecto apunta a que ya que el Estado ayuda a empresas a paliar en algo sus diezmadas economias, eso le daria derecho entonces a que ese Estado sea acreedor a disponer de parte de su capital en retribución por la ayuda recibida.
Pareciera que no basta con cobrarle a esas Empresas cada vez mas impuestos, regular sus precios en muchos casos, digitar los valores de sus importaciones y/o exportaciones, imponerles cada vez mas regulaciones, castigarlas ante eventuales despidos de personal, digitar el tipo de cambio, imponer retenciones (ej. al agro), etc. Otro proyecto que sigue la misma línea es volver a crear la Junta Nacional de Granos con el fin de regular los precios. Tal vez se puede hacer un aporte por si se les paso por alto: el IAPI (Instituto argentino de promoción industrial)…. Pero estos “economistas” o leyeron poco o no se acuerdan lo que deberían saber de la historia reciente. Les cabe el beneficio de la ignorancia por no haberlo vivido.
Los que ya vivimos unos cuantos años, sabemos lo que es un Estado empresario, siempre monopolico y deficitario. Basta recordar a la empresa de telefonía (ENTEL), de provision de agua corriente (OSN), energía eléctrica (Segba), la vieja Corporacion de Transportes (colectivos), etc. etc. Todas deficitarias, inoperantes e ineficientes. Todas las falencias que se puedan pensar, con sobrecargas de empleados en general de poca idoneidad y además, y esto para economistas: a quien le cobraran impuestos? El Estado se queda sin aportantes para paliar la brutal emisión, que mas que duplicara la base monetaria, para tratar de equilibrar sus costos de mantención de una enorme burocracia y un paquete de subsidios superpuestos que nada producen para el país.
De esta brevísima síntesis, se podrá entonces dar sentido al titulo de la nota: avanzamos al pasado.
Osvaldo E. Dapuetto, mayo 18, 2020