Algunos conceptos sobre la política monetaria
Lunes 31 de agosto de 2020
El Banco Central de la República Argentina va a flexibilizar lo que llaman “tope de deuda nacional”, que pueden colocar las entidades financieras con el tesoro nacional, comprando títulos públicos. ¿Qué significa esto en buen romance? Que las entidades financieras van a aumentar el endeudamiento en letras y pases que son en la actualidad muy remunerativas para las entidades financieras llegando a un límite de 2,5 billones de pesos.
El mecanismo relativamente ortodoxo del Banco Central para manejar la política monetaria hará que la nación argentina se endeude con los bancos nacionales y extranjeros con casas en nuestro país a los efectos de absorber liquidez para cumplir con la neutralización de determinado nivel de emisión monetaria. El Banco Central optará por bajar la tasa de interés de Leliq y pases que son tremendamente remunerativas respecto de la capacidad prestable del sistema financiero que paga una tasa pasiva (a sus clientes) del orden de un promedio de 31% con capitalización mensual, disponiendo de una tasa activa del 36% de capitalización mensual para pases y letras. La diferencia de la tasa entre activas y pasivas debe ser considerada para su cálculo como la diferencia de dos tasas efectivas anuales lo que aumenta sustantivamente la diferencia al fin del año.
Los periodistas especializados dicen que el Banco Central sigue vendiendo divisas y que se deprimen las cotizaciones de los paralelos. Como no saben analizar el conjunto de las variables es que no pronostican nada, o eventualmente, hablan de lo que pronostican los estudios que venden sus pronósticos. El dólar paralelo y los demás dólares que existen en Argentina, o mejor dicho sus cotizaciones, van a deprimirse comparados con el dólar oficial de exportaciones e importaciones. La razón de esta afirmación es simple: antes de fin de año, todas las necesidades de divisas producto de la deuda externa con acreedores de jurisdicción extranjera con más los créditos que el FMI tiene en la Argentina se resolverán postergándolos y deprimiendo sustantivamente su tasa. Esto implica que las exportaciones cuyo saldo será mayor que las importaciones generarán suficiente cantidad de saldo comercial externo como para tener un incremento sustantivo de las reservas.
La FED, es decir, la Reserva Federal de los EEUU, mantendrá deprimida la tasa de interés de los bonos haciéndola negativa, es decir, será menor que la tasa de inflación esperada. Esto permitirá que la Argentina compita saludablemente con las exportaciones de EEUU, Europa y China.
El nivel de aceptación del canje y el canje con el FMI garantizará deprimir la brecha existente, como ya dijimos, entre el dólar informal y el formal, lo que permitirá desarrollar, si es que el gobierno lo hace, un plan productivo de obra pública distribuido en todas las provincias de nuestro país; esto es sustantivo para la grave situación en la que se encuentra la mano de obra menos calificada de la Argentina. La construcción como proyecto absorberá grandes cantidades de mano de obra directa y sobre todo indirecta que implican en el caso de esta última niveles de productividad que duplican a la primera.
Para terminar, la apuesta al desdoblamiento cambiario resulta de dudosa productividad como medida para tratar de evitar la fuga en operaciones financieras y de ahorro. Siempre esta alternativa metodológica fue propuesta como una medida de corto plazo que genera complicaciones en la estructura de precios relativos y si no se controlan los oligopolios esto va a generar un proceso inflacionario que no se necesita en la actualidad.
La política monetaria no puede permitirse el incremento de los ratios inflacionarios, dado que deberá entonces ajustar a los sectores de más bajos recursos, lo que implica un proceso espiralizante. La próxima semana veremos qué pasa con el drenaje de divisas.
C.A.F.