Algunos comentarios sobre la incertidumbre
Cuando en 1926 un joven físico alemán, Werner Heisenberg, definió el principio de incertidumbre, que tuvo a maltraer a Borg, Born, Einstein y otros, dado que el joven físico alemán generó una complicada posición teórica respecto de la imposibilidad del determinismo.
Este determinismo, que significa mediciones realizadas con precisión, principio que Einstein necesitaba inexorablemente, la física registró un nuevo principio: como nos dijera Stephen W. Hawking en “Su historia del tiempo”: “Para poder predecir la posición y la velocidad futuras de una partícula hay que ser capaz de medir con precisión su posición y velocidad al mismo tiempo”. Esta afirmación fue debidamente anulada por Heisenberg generando aun cuando sea mínima una probabilidad de error en dicho proceso.
¿Qué es lo que estamos tratando de definir respecto de esta apreciación de la “física de las partículas”? Hawking nos va a demostrar que filósofos, sociólogos, psicólogos sociales, etc., no se han ocupado debidamente del significado material de la incertidumbre, sino que simplemente lo han padecido. ¿Qué quiero decir con esto? Quiero decir que la incapacidad de medir en dos momentos diferentes cosas por más que esto se haga con un instrumento que viaje a la velocidad de la luz la diferencia por mínima que sea establecerá una probabilidad de error. Las probabilidades a partir de Laplace y Fermat nos demuestran que es posible definir una cantidad de resultados probables antes de realizar las mediciones y corroborar que dentro de ese entorno de probabilidad, es decir, nuestro crecimiento económico (incremento del PBI) será del 12% en los próximos diez años, más menos 3%. ¿Qué estamos diciendo? Que en un entorno del 6% estará nuestro resultado, es decir, siempre estaremos pronosticando con un margen de error (incertidumbre) que nos permitirá hablar del futuro.
Hawking también nos enseña a partir de un fenomenal ardid intelectual y usando la segunda ley de la termodinámica nos expondrá un principio que es absolutamente imprescindible para considerar la naturaleza de la existencia humana.
El principio que construye la flecha termodinámica clara es necesaria para que la vida inteligente funcione. En su libro, por supuesto, nos reprochará que no nos hemos ocupado de esto.
Hawking dice también: “para sobrevivir, los seres humanos tienen que consumir alimento, que es una forma ordenada de energía, y convertirlo en calor, que es una forma desordenada de la energía. Por tanto, la vida inteligente no podría existir en una fase contractiva del universo. Esta es la explicación de que observamos que las flechas termodinámicas y cosmológicas del tiempo señalan en la misma dirección”. Esta condición hace que la expansión del universo garantice el pasado, el presente y el futuro, condición de la existencia inteligente de los seres humanos. Siempre, estamos pensando en cómo definir los aspectos del futuro, desde la experimentación científica hasta los aspectos de la vida cotidiana. Ser inteligentes tiene como condición tener memoria para evocar y poder generar las distintas características de nuestro futuro.
C.A.F.