lunes 13.12.2021
Desde el punto de vista económico, todas las intenciones son manifiestas, verificables y verdaderamente originales, pero sin ningún proceso de construcción y creación de valor.
Esta última afirmación no es menor. Debemos considerar entonces los siguientes criterios: 1- El mercado nos genera un incremento de la oferta de bienes y servicios; 2- La demanda de servicios está impulsada desde la oferta de los intermediarios; 3- La obsolescencia de todos los elementos técnicos esta planificada; 4- La sociedad se ha transformado en una sociedad de consumo y de la destrucción de materialidad; 5- La construcción de acumulación se verifica a través del consumo y el endeudamiento de los particulares; 6- La destrucción de tiempo productivo en el proceso de trabajo a favor del tiempo consumido por las corporaciones a manos de sus elementos tecnológicos y de disuasión; 7- No se puede considerar la venta y maximización de utilidades por parte de intermediarios a costa de los intermediados como un proceso de generación de valor y crecimiento (sin embargo en las cuentas nacionales estas corporaciones generan valor a partir de su valorización en los mercados).
Esta manera particular de apropiarse del valor generado por todos los sectores de la economía, intermediando funciones y comunicaciones, es una bizarra propuesta de nueva tecnología, cuando esta, no crea absolutamente nada más que un bello “frontend” de comunicación, que se nos aparece en el Iphone o en la computadora.
Volviendo al tema de la plusvalía generada en la base de datos por la utilización de la misma, por parte de los no usuarios, como diría Cynthia Ottaviano en “Contraeditorial”, de diciembre de 2018, “esa masa de plusvalía es apropiada por quien accede a la base de datos y manipula lo que no le es propio”.
Nosotros estamos enfrentados a varias cuestiones económicas que tienen que ver con apropiaciones indebidas, manipulación de conductas, que no son solo un delito, sino que generan valor económico apropiado indebidamente por corporaciones que inducen al usuario a consumir bienes y servicios casi sin su consentimiento, dado que esta suerte de apropiación del tiempo y la voluntad resulta casi subliminal. Tenemos entonces, una imposibilidad del ejercicio de la libertad, tarea que en este trabajo nos hemos dado para significar sobre todo y en particular, en el concepto de la “no libertad”.
El resumen, antes descripto implica la coerción económica generada por estas corporaciones, que a partir del ejercicio del poder coercitivo resulta que también ejercen un sistema de crueldad aceptada por parte de los usuarios, que resignan derechos en función de pertenecer. Ya hablamos de pertenecer y ser “nosotros”en vez de “ellos”. Esta cultura, significa una fragmentación social a partir de personas que entre sí no se significan nada más que a través de un lenguaje malversado.
Los sistemas de comunicación (Facebook, Whatsapp, Twitter, Instagram, etc.) están diseñados para estructurar un mecanismo de vinculación y comunicación sin gestualidad humana y el permiso de deducir la vinculación de modo inmediato, en función de lo que siempre consideramos como elemento sustantivo de la verdad al interior de esta manera de comunicarse socialmente, que es la “velocidad” y la “cantidad” que permite la sustitución inmediata de las relaciones, haciendo la coexistencia en las grandes megalópolis un evento circunstancial en función de su reemplazo a través de la mediatización de nuestro aparato de comunicación y la “apendización” humana.
Esta descripción de los sistemas de comunicación, probablemente mucho más adjetivado y simplemente reiterativa del proceso de descripción que pretendemos dar en el presente trabajo. Tenemos entonces una estructuración de la “demanda del mercado” que implica el ejercicio de la “no libertad” a través de una decisión de consumo construida por el autoritarismo del sistema. Los fisiócratas, y en particular Adam Smith, deben estar riendo fuertemente en su tumba en función de que esta nueva revolución capitalista ha generado la apropiación de excedente de los asalariados, vía el consumo de una manera antes jamás vista.
Y ahora, debemos considerar por cuanto tiempo se va a apropiar este excedente sin generar valor al interior de la economía, cuanto tiempo la demanda agregada será susceptible de incrementarse cuando el proceso social de las sociedades capitalistas avanzadas implica precarización, estancamiento de la economía, imposibilidad de financiar gastos estructurales e imprescindibles del estado, incremento de las pensiones por el envejecimiento de la población, decrecimiento de la tasa de natalidad estructurando una esperanza de vida más alta, aumento de las edades para disponer de las pensiones, aumento de la desocupación juvenil, destrucción del sistema educativo, disminución del quantum de financiamiento en salud,. Estas cuestiones que son el futuro del sistema capitalista desarrollado implicarán restricciones en el futuro de la demanda agregada de las corporaciones intermediarias del sistema del comercio, consecuentemente, todas estas argumentaciones implicarán una depresión de la eficiencia de los sistemas de distribución de mercancías y servicios, haciendo que la economía luego de esquilmada (ya sucedió en el 2008 con las hipotecas basura definidas por el sistema financiero y los bancos de inversión) por estas resoluciones de corto plazo a las cuales nos tienen acostumbradas las decisiones de los distintos sectores de la intermediación del sistema capitalista en general (ya sea financiera o de comercialización). Estos sectores han generado una grosera crisis, generando un sistema de distribución de la renta adverso que implica correcciones en los países centrales que generan emisión monetaria y deterioro en los sistemas productivos.
Las modificaciones en el desarrollo de las fuerzas productivas en un sistema, cualquiera este que fuere, implicarán la crisis del mismo y la generación de una nueva forma de acumulación y distribución del modo de producción; no siempre este resucitará de la crisis incrementando los productos sin costo alguno para el conjunto de la sociedad. Estamos viendo entonces que muchos esquemas de intermediación producto de servicios, absoluta y completamente improductivos, han generado modificaciones en la distribución del ingreso en el presente decenio (2010-2020).
Nosotros entonces pensamos que esta es la génesis de la crisis del sistema y para seguir teóricamente las postulaciones del “18 brumario sobre Luis Bonaparte” op cit. Karl Marx 1871., tenemos que resolver nuestro problema de cuáles son los términos de la resolución dialéctica de esta sociedad como la conocemos.
Estudiando entonces la génesis del nuevo orden del sistema capitalista en las sociedades centrales vemos que la intermediación, es una manera de resolver la falta de desarrollo de las fuerzas productivas, que deteriora la estructuración del valor promedio generado por las economías centrales en el sistema capitalista. Esto se expresa, a partir de la sucesiva caída del ratio de crecimiento promedio del producto bruto per cápita de las economías centrales.
Necesitamos hacer en este momento una aclaración que implica una definición: 1- la demanda es una solicitación individual; 2- una demanda agregada; 3- una satisfacción de necesidades objetivas de las personas.
Viendo estas caracterizaciones entonces, lo que tenemos que definir es como se estructuraría un esquema que nos informara cual es la naturaleza de la demanda hoy. El hecho de que la demanda no sea una expresión del ejercicio de la libertad de las personas destruye la gnoseología liberal keynesiana o marxista, según acabamos de describir. Liberal porque en muchos casos, en la actualidad, en los sectores que tienen resueltas las necesidades primarias todo lo demás a satisfacer tiene que ver con necesidades generadas. La conculcación de la libertad en la decisión, y la agregación de la demanda no necesariamente, resulta consistente con cualquier programa de gestión económica a nivel estatal o privada monopólica, lo que implica, una situación absolutamente diversa de la que hemos visto en el siglo XIX y XX.
Hasta este momento, la naturaleza del nuevo orden es que se permite apropiar una porción importante del desarrollo económico de las economías capitalistas centrales.
Estas definiciones de la naturaleza del nuevo orden económico, no pueden desagregarse de la modificación que sustantivamente se ha generado en las sociedades capitalistas centrales. Debemos considerar que, como diría Max Weber, esta construcción del “ejercicio del poder desde el consumidor” representa la construcción ideológica de una “racionalidad instrumental”. Es decir, como diría Z. Bauman, “semejante pragmatismo es lo menos que podemos esperar de nuestro mundo de consumidores”.
Estamos haciendo especial hincapié en esta reversión que los intermediarios lograron realizar imponiendo un sistema particular de demanda, modificando la distribución y producción de servicios y mercancías para también definir que esta estructuración es inexorablemente una construcción cultural e ideológica que no solo se verifica en el consumo sino en las relaciones interpersonales, a través de lo que es la interacción de la expresión mediática y la simbolización generada a través del lenguaje de los sistemas de comunicación actuales.
Para parafrasear a Lacan el entorno simbólico se ha reestructurado y reescrito resultando la concentración y apropiación de este entorno un sistema que regula la interacción de las personas. Esta interacción no es solamente en la conducta de los aspectos económicos sino también de todo el ámbito cultural existente.
La vuelta a procesos de autoritarismo mediático reflejarán también actos de violencia que expresarán procesos imitativos para definir la pertenencia, construyendo un modelo conspirativo de la historia que permitirá fragmentar a los grupos sociales de modo de administrarlos (dominarlos) coercitivamente.
Es necesario poner en competencia permanente a los ciudadanos, de manera tal de asegurar una distracción importante en el proceso crítico que en el conjunto de la sociedad, inexorablemente, nos vamos a enfrentar cuando en ámbitos de libres pensadores se deba someter el poder a algún proceso de crítica básica. Porqué, el proceso de concentración de medios permitirá que la ideologización, también en el ámbito de la educación superior, devendrá en personas que compiten entre sí, furiosamente mirando hacia el costado de lo que se produce en la “sociedad controlada” producto de esta culturalización particular del sistema tecnológico.
Es decir, en las “sociedades administradas” más importantes y desarrolladas tenemos la eliminación de la capacidad crítica de los consumidores, que aparte en su ámbito de pertenencia, resultan influyentes. Esto garantizará, en teoría, la subsistencia del sistema actual. Las preguntas subsiguientes son: ¿cómo será?, ¿cuánto costará?, ¿cuánto durará?
De lo anteriormente mencionado, tenemos que colegir que como dijera Alain Touraine (en…): “Actualmente el espíritu de secta tiene mayor fuerza que la movilización política. Pero ese espíritu y esa movilización se encuentran más cerca de lo que parece, pues por ambas partes se dibuja la imagen de un modelo perfecto, utópico e inmutable en el tiempo y el espacio, un modelo, pues, tan pleno y tan homogéneo que la libertad del sujeto ya no encuentra lugar en él”.
Entonces vimos que la libertad no es más que un concepto para ser sostenido y dicho, sin que tenga ninguna verosimilitud, sin presencia ni existencia, solo por su negatividad, pero esto afecta el concepto (aunque no se esté dispuesto a asumirlo) de la libertad de elección. Nos proponemos entonces, definir que la inexistencia de la libertad en la decisión de comprar o no un bien o un servicio destruye la economía clásica y la neoclásica, como así también destruye el concepto de demanda agregada para una porción de la economía. Es decir, si somos capaces de definir quién y que productos, con qué frecuencia, y a qué precio nos van a comprar al sector industrial estructurando un sistema de distribución, estamos frente a una situación absoluta y completamente inédita en el sistema capitalista.
El mercado no es entonces un conjunto de demandantes que van a satisfacer sus necesidades sabiendo a que precios y a que cantidades dichos bienes se ofertan en el mercado (transparencia). Esta noción que era la que permita que los economistas resolvieran el problema de la demanda y consecuentemente se estructurará la oferta, no es entonces la sumatoria de actitudes personales, es en la actualidad un determinante objetivado de la modificación, caracterización y estructuración de la conducta de cada uno de los demandantes desde su exterioridad, definiendo los aspectos de la voluntad y degradando su racionalidad que será sustituida por un impulso estructurado, que define la acción de comprar desde la oferta.
Nosotros entonces estaremos frente a un episodio que se verifica a través de los sistemas de comunicación y las ventas al interior de las economías, de bienes y servicios por los medios de comunicación digitales. Dicho esto, la demanda será de otra naturaleza, apriorísticamente calculada, y no necesitará ninguna función que la describa.
Entonces bien, tenemos que tener presente que esta situación es absolutamente impensable en otra época y el futuro muy probablemente este teñido de la decisión que surja de las corporaciones que con algoritmos de cálculo define, como dijimos en el principio del presente trabajo, las necesidades y la satisfacción de las mismas.
Gran parte de la academia, en los países desarrollados, sabe que es lo que está sucediendo con la manipulación de las redes y esto surge de las asociaciones, que en los Estados Unidos existen financiadas por las grandes corporaciones, a los efectos de mitigar, vía recomendaciones institucionales y legales, para que se puedan controlar “efectos no deseados”. Como nos dicen Guillaume Renouard y Charles Perragin en “Le Monde Diplomatique”, “Edición 230, agosto de 2018”. Estos autores describen con minuciosa exactitud todas y cada una de las corporaciones que financian a intelectuales e ingenieros para ficcionariamente controlar lo que no quieren controlar. Es tan generalizada la utilización de las redes y de las bases de datos para manipular a las personas, que la simulación del control era absoluta y completamente imprescindible. Suele suceder que en el sistema capitalista en algunos países se pone a jefes de las corporaciones o sus asesores a controlar a las corporaciones por inexistencia de sistemas legales definidos en las organizaciones sociales desarrolladas.
Lo que acabamos de describir no es una cuestión que no se supiera desde que comenzaron fuertemente a ser usadas internet y las redes sociales como así también Amazon, Google, Apple, etc.
¿De qué se trata esta simulación? Sirve para poder mitigar las críticas que se vienen realizando en los distintos medios de comunicación siendo tan groseramente obvia la naturaleza psicológica y social de los perjuicios que se producen en estos procesos de comunicación instrumentados.
Hay subproductos que se generan a partir de la modificación de la “cultura Syborg”, que son no solamente la producción y venta de determinados productos físicos o sistemas que implican consumos determinados en las redes, sino también que la industria farmacéutica ha definido junto con las academias de medicina la fabricación y nominalización de patologías inexistentes producto de la utilización durante gran cantidad de horas de estos sistemas de comunicación. Esta construcción de patologías resulta imprescindible para que una vez diagnosticada (diagnóstico de TADH) la industria de medicamentos produzca una anfetamina que es utilizada sin que se corresponda su prescripción con la patología inexistente.
Se han prescripto y diagnosticado diferentes patologías psiquiátricas que fueron “mitigadas” por la Metilfenidato, Ritalin, por su nombre comercial. Los niveles de excitación que se producen como subproducto de las utilizaciones excesivas de estos medios de comunicación, sobre todo en los niños, ha hecho que por ejemplo una aberración propuesta en la página de internet del ministerio de educación de Francia se les proponga la verificación de “signos de reconocimiento” para determinar un prediagnóstico de estas supuestas patologías psiquiátricas en los niños. (7)
(7) Le Monde Diplomatique, edición 225, marzo de 2018, Gérard Pommier.
C.A.F.B.